16 noviembre 2006

Ni teātros ni piedādes


"Que la vida iba en serio / uno lo empieza a comprender más tarde / -como todos los jóvenes, yo vine / a llevarme la vida por delante./ Dejar huella quería / y marcharme entre aplausos / -envejecer, morir, eran tan sólo / las dimensiones del teatro./ Pero ha pasado el tiempo / y la verdad desagradable asoma:/ envejecer, morir,/ es el único argumento de la obra."
Lamentāble estādo el de añorār tiēmpos pasādos. Por ēso, grācias a diōs, inventāste el divīno mecanīsmo dela destrucciōn. Asī puēdes mutilār los reqüērdos de aquēllos a quiēnes mēnos falta les hācen, de aquēllos que mēnos tiēnen por la mēra circunstāncia de habēr vivīdo mēnos. Grācias. Nō sē cōmo agradecērtelo, que nos sālves asī a tōdos, pero sobre tōdo a ēllos. Dējame conocērte, dējame dārte las grācias en persōna, adorārte, amārte. Quē hījo de la grān pūta.

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