11 febrero 2007

Crōnicas del desencānto: I

Grān inauguraciōn del locāl con el ambiēnte mās cargādo de nuēvos valōres, inquietūd intelectuāl i relaciōnes sociāles (siēmpre con protecciōn). Ambiēnte que en realidād se redūce a innovaciōnes tēcnicas en el ārte del pericolēo, vaivēnes de glōria-paraīso e infiērno i ūnos qüāntos harāpos teñīdos de vacīo i podredūmbre. Cazadōres furtīvos envenenāndo a sus prēsas con garrafōn i mālas medicīnas, mientras suēna la mūsica mās rītmica al rītmo de la arrītmia que provōcan las freqüēntes excursiōnes al lavābo. Nō es casuāl que tōdas las puērtas a tu mūndo estēn precedīdas de escalēras descendiēntes. I en ūn momēnto determinādo, un flāsh, una lūz cegadōra que acāba con tus maltrēchas pupīlas parasiēmpre, disolviēndolas en lo blānco de tus ōjos, como si de de ūna gōta de ācido se tratāra. I sin embārgo quedarā en tu retīna digitāl, inclūso en la parēd, como ūna estāmpa mās para la posteridād, ūn geniāl reqüērdo de ōtra nōche māgica en la que te sentīste aliviādo de la miērda del mūndo.

1 comentario:

Aitor dijo...

O sea, que en resumidas cuentas, un ciego de impresión en un garito pretencioso, ¿no?

A ver si hablamos pronto, te llamo.