27 julio 2009

Siempre hay una primera vez para huir de un color

Antes de que se haga tarde, corre, corre hacia el verde, huye de este amarillo cantoso, que se mezcla e invade toda la habitación, estira la mano e incluso alcanza el pestillo, lo echa y así pretende que te duermas de una vez. Tú, que has visto los demás, desesperas. El rojo, por ejemplo. El rojo te dijo que no te metieras, que prestases atención a aquella palabra subrayada, y te dijo la nota de tu primer examen y de tu último examen. El azul te hizo algún otro regalo y te permitió coger un autobús. El naranja siempre estuvo al margen de tu vida, pero nunca le caíste mal, ni él a ti tampoco. Pero ahora tienes este amarillo. Este amarillo cantoso, que se mezcla e invade toda la habitación. Este amarillo soledad que para más inri te habla con pretéritos, como si todo hubiese sucedido ya. Como si el mundo hubiese terminado y no fuera a haber otro, como cuando acaba la peli en la última sesión del cine. Este amarillo cabrón, que chilla y se te pega al cuerpo y que no te deja respirar.

1 comentario:

yNsJ dijo...

mola!pero q hay del negro?