30 septiembre 2008

Mi renūncia al ajedrēz

Aiēr lo hicīste.
aiēr conseguīste arrancārme ūna sonrīsa
aiēr me volvīste a tendēr la māno
para que yō la cogiēra.

Aiēr me hicīste llorār -odiārte.

pero aiēr destorcīste lo torcīdo,
sonreīste frente a tu prōpio espējo,
i aunque el cabrōn nō te devolviō el gēsto
yō saquē la mejōr de mis mentīras.

Aiēr me hicīste reīr -querērte.

i aiēr me propusīste ūn trāto, 
que yō por supuēsto aceptē
i despuēs de tu jāque māte
aquī vā mi renūncia al ajedrēz.

Aiēr me hicīste gritār -buscārte.

Querīas escribīrme una novēla
i yo querīa leērla del revēs
aiēr te quīse tōda, todīta, para mī, entēra 
i tū aiēr... 

Aiēr te dejāste querēr.

1 comentario:

Anónimo dijo...

qué bonito debe ser que te escriban cosas asi, y que triste saber que nunca me las escribirás a mí. Hubo un tiempo en que pensé que un día me leería en tus líneas, pero ahora sé que nunca fui nada para tí...